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Si no puedo bailar tu revolución no me interesa

“[...] estaba cansada de que se me arrojara constantemente la Causa a la cara. 

No creía que una Causa que representaba un bello ideal, el anarquismo 

y la liberación de convenciones y prejuicios, 

debiera exigir la negación de la vida y la alegría. 

Si significaba eso, no lo quería”

Emma Goldman, Living My Life (1934)


 

¿Sueñan nuestras máquinas con tener gestos de belleza? ¿Qué dice de nosotrxs no poder imaginar que su rebelión empiece con un baile? ¿Qué podríamos aprender de nuestras herramientas si descubriéramos que ellas también puede expresar formas sublimes y habilitar una temporalidad más gentil?

 

Estas son algunas de las preguntas que se viene haciendo Ainelén Bertotti Burket en el camino de sus investigaciones artísticas, siendo Rascacielos su última y más arriesgada apuesta. Los entornos que nos rodean, intervenidos por la energía latente de nuestros objetos, y el registro de la discursividad convencional de ciertos materiales en tanto “testigos mudos de la extinción paulatina de las fuerzas y los deseos” (Baeza, 2019) fue el campo de acción de las obras anteriores de Bertotti Burket. En Rascacielos, extrapola sus preguntas más allá del ámbito de lo doméstico y del relato con guiños autobiográficos de las obras previas para ocuparse de cuestiones que exceden la posición de un sujeto creador individual al involucrar,  para su realización, una verdadera ingeniería institucional.

 

Con esta pieza, Bertotti Burket produce las condiciones necesarias para la puesta en escena de una video-performance mientras una orquesta toca el vals “Voces de primavera”, de Johann Strauss. Allí, a la vera del río Paraná, tres entidades humanas y no-humanas despliegan lo coreografiado y ensayado. Desde la altura o al ras de la costanera, el público –participante activo del rodaje– observa al menos dos cosas: un baile fuera de escala que pone en escena el tiempo otro de las máquinas –tres grúas de brazos articulados– y la destreza, usualmente invisibilizada por el buen desempeño profesional, de sus operarios entrenados para el evento. 

 

Rascacielos se propone como el primer paso en una investigación para elaborar y dar forma a relaciones no jerárquicas y de diálogo colaborativo entre cuerpo y máquina, entre los saberes sensibles y la aparatología de la técnica y las funciones, entre la libertad expresiva y sus condiciones materiales. Genera así, las condiciones de posibilidad para conmovernos y aprender algo de los cuerpos sin órganos, vale decir, de esa parte de la vida que logra no estar organizada o que escapa de los agenciamientos de “la norma” y logra desplegar otras intensidades.

 

Mariana Rodríguez Iglesias

 

Texto de sala realizado para "Rascacielos"

Performance realizada en Rosario. 2023.

 

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